Google a día de hoy es uno de los grandes gigantes del mundo de la informática. Desde sus humildes orígenes en los 90 ha ido creciendo hasta controlar una gran parte de la web actual por varios motivos:
- Ostenta una posición de poder por la adopción masiva de su buscador, algo que se ganaron hace años al obtener unos resultados estupendos.
- Su desarrollo del proyecto de código abierto Chromium, del que derivan múltiples navegadores. Esto le da un gran poder a la hora imponer sus estándares en la web.
- Posee una posición importante en el mercado móvil gracias a Android, donde vienen preinstalados sus servicios. Generalmente dichos servicios son complicados de eliminar, por lo que si el terminal viene cortito se acaban usando. Por esta circunstancia se ha encontrado ya con varias multas por abusar de su posición dominante en el mercado.
- El estándar propio de contenidos AMP (Accelerated Mobile Pages), que se cachea en los propios servidores de Google. El estándar en si no es un problema, pero si bien esa caché da más velocidad en sus búsquedas desde dispositivos móviles, a cambio el gigante “secuestre el tráfico de esos sitios”, pues ne vez de acceder a la página real, acceden a una copia en los servidores de Google.
Dados estos antecedentes, que Google presente otra nueva propuesta de estándar no es sorprendente. Lo que sí lo es, es lo que lo propone: Web Bundles empaqueta los recursos juntos, de manera que no se puedan separar por sub-URLs (esas direcciones que ponemos en la barra del navegador). Como símil, pensad en un fichero PDF
o los infames SWFs
de Flash, que tantos dolores de cabeza han dado a los informáticos por cuestiones de seguridad y cuyos kilométricos términos condiciones no leía nadie cuando te mandaban 2 nuevas versiones por semanas. Tras tantos años luchando por la eliminación de Flash y cuando por fin está cerca su eliminación definitiva (31 de Diciembre de 2020), a muchos desarrolladores se nos ha descolgado la mandíbula cuando Google nos acaba de presentar a su primo hermano.
¿Qué problemas trae (de vuelta) esta situación?
- Principalmente se trata de un regreso a las “cajas negras”, donde no puedes ver lo que hay, “ofreciéndote un todo o nada” al hacer una llamada.
- Peligros de seguridad: no podemos revisar la caja, por lo que el riesgo de código malicioso aumenta.
- En la misma línea de lo anterior, esto evitaría los bloqueos de publicidad, y posiblemente los de rastreo.
- Si sumamos a esto la ocultación de URLs en la barra del navegador, la eliminación de URLs de los resultados de búsqueda y AMP “secuestrando tráfico”, nos encontramos ante una propuesta de profundo oscurantismo.
Desde mi punto de vista personal y siendo desarrolladora, estoy en contra tanto de AMP (no por el estándar en sí, sino por “el secuestro” de tráfico web), como de ocultar las URLs (aumenta el peligro ante operaciones de phishing, accediendo a una web falsa), como de Web Bundles. No solo estamos perdiendo el control de la web: estamos poniendo en riesgo nuestra seguridad digital. A esta situación estamos llegando por muchas pequeñas decisiones que tomamos a diario, pero como usuarios podemos hacer algo de presión en contra para seguir luchando por una web abierta:
- Usar buscadores alternativos a Google: puede que Google penalice un sitio web si no tiene
AMP
implementado, pero eso no significa que los demás buscadores existentes lo hagan. No tienes por qué abandonar por completo el buscador de Google, sino “pedir una segunda opinión” de otro buscador y comparar resultados. ¡Igual te sorprende o aprendes algo nuevo al contrastar datos! Aunque muchos desarrolladores hayamos puesto de manifiesto nuestro desprecio porAMP
, muchas nos vemos obligados a implementarlo por orden de nuestros clientes dado que necesitan posicionarse bien en el buscador de Google al ser el mas usado: si más gente consultase más de un buscador, este problema de centralización sería menor. - Existe vida más allá de Chrome y los derivados de Chromium. Ahora más que nunca es importante apoyar a Firefox, el último navegador mayoritario que usa un motor alternativo. No estoy precisamente contenta con las últimas decisiones de Mozilla, pero seguiré usando y promocionando ese navegador al ser la única opción fuerte frente a que nos oculten algo tan básico como las URLs.
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