No hace mucho una de mis alumnas decía que ella “no es ni machista ni feminista: igualdad”. Más recientemente uno de mis alumnos sacó a cuento una historia de una huelga en Barcelona a cuenta de que los muñecos de los semáforos no llevaban falda.
Todo parece indicar que nuestro alumnado o, al menos una parte significativa, no entiende nada del significado de la lucha feminista. Se ha quedado con lo anecdótico y desconoce lo fundamental. No es de extrañar: en un momento en que el Ministerio de Igualdad realiza una campaña para advertir de los comportamientos machistas más habituales en los medios y en las redes estos medios y redes coontratacan con todo su poderío.
Y llevan las de ganar, porque los medios juegan en casa. Además cuentan con el apoyo de una parte del feminismo institucional que, lejos de apoyar el mensaje del Ministerio de Igualdad, dedica todas sus energías a cargar contra la ministra Montero.
Por esas extrañas circunstancias de la vida este año me está tocando dar Ámbito Social (cosa anómala, porque yo soy de la especialidad de Física y Química, pero en fin). Esta semana comenzaremos a hablar de historia, de los siglos XVIII y XIX. Podré hablarles de Mary Wollstonecraft y de Olympe de Gouges, de las salonnières y científicas de esa época y de como fueron ninguneadas, de cómo la mujer fue un ser de segunda categoría durante siglos.
No sé si captarán la idea.
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